Este lunes fue distinto en el «Buenos días a Todos», aunque el estudio estaba repleto, el equipo del espacio televisivo lloraba grandes ausencias
El lunes 5 de Septiembre de 2011, no se borrará fácilmente del recuerdo colectivo nacional, el matinal con más historia dentro de la televisión chilena tenía grandes ausencias, entre ellas la más dolorosa, la de su animador.
No era sencillo aguantar las lágrimas al ver un equipo devastado, mientras intentaban mantener la cabeza en alto y el profesionalismo que en realidad ya nadie exigía en momentos como ese.
Julián Elfenbein, Mauricio Bustamente, Carolina de Moras y Karen Doggenweiler sin embargo, intentaron contenerse hasta el final.
Una gran cantidad de personas llenaron en un minuto el estudio en donde mañana a mañana Felipe Camiroaga entregaba energía y ánimo a los chilenos y chilenas que, fieles, lo seguían, creían y adoraban a través de la pantalla. Eran los profesionales del departamento de prensa del canal, quienes se aferraron en un abrazo casi eterno a todos quienes trabajaban a media máquina por «el matinal de Chile».
La emoción no se hizo esperar, las lágrimas y el desconsuelo abarcaba nuevamente las gargantas de quienes sienten no sólo a compañeros de trabajo, sino que a amigos de la vida, personas que no se olvidarán.
Más tarde, los animadores de otros canales, quisieron compartir durante un instante el sentimiento con sus colegas, llegaron al estudio desde los propios y entregaron palabras de respeto, conocimiento y admiración por quienes se habían ido.
Es quizás, una de las mañanas más tristes y difíciles que nos ha tocado vivir, la mañana del matinal, un lunes 5 de Septiembre de 2011.
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